La nostalgia se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en un excelente argumento de ventas. Y lo entiendo, claro, porque yo mismo soy víctima de cualquier operación de marketing y ventas que apunte a mi infancia, adolescencia y primeros años de mi juventud. Ya sea una peli o serie, un juguete, un juego o algún dispositivo (del walkman un MSX, pasando por un reloj de pulsera con calculadora), todo vale. Y si, como ocurre en este caso, se combina una consola tan mítica como la Atari 2600 con un juego como PAC-MAN, lo primero que me viene a la cabeza es el popular meme, extraído de Futurama, en el que Fry agita un puñado de billetes mientras grita «Shut up and take my money!» (¡Cállate y toma mi dinero!).
La nueva Atari 2600+ PAC‑MAN Edition es una versión especial, limitada y cuidadosamente diseñada de la consola retro remasterizada que Atari lanzó en 2023. Se trata de un homenaje visual que combina el icónico amarillo de PAC‑MAN con un diseño decorado con imágenes del comecocos y sus fantasmas (¿recuerdas sus nombres? si no es así, los encontrarás un poco más adelante), además de una base frontal con iluminación especial. El corazón del dispositivo es el mismo que el de la Atari 2600+, compatible con cartuchos originales de Atari 2600 y 7800, e incorpora salida HDMI, mando CX‑40+ y soporte para resoluciones actuales. Su lanzamiento está previsto para el 31 de octubre, aunque las reservas ya están abiertas.
Como parte del paquete se incluye un cartucho llamado PAC‑MAN: Double Feature, que contiene tanto la clásica versión de 1982 para Atari 2600 como una nueva adaptación inspirada en la edición arcade para Atari 7800. No se trata solo de una reedición: es una forma de celebrar el legado del personaje, que supuso en su día un fenómeno global y que todavía resuena con fuerza entre los jugadores veteranos. A ello se suma un joystick inalámbrico CX‑40+ con decoración exclusiva, teñido en amarillo y con detalles gráficos que remiten al universo PAC‑MAN.
La apuesta por la estética se amplía con la venta de cuatro mandos adicionales, cada uno con el diseño de uno de los fantasmas: Blinky, Inky, Pinky y Clyde. Estos mandos, vendidos por separado, refuerzan el carácter coleccionista del conjunto y permiten convertir cualquier sesión de juego en una experiencia aún más personalizada y simbólica. No hay mejoras técnicas frente al modelo base, pero sí una propuesta visual coherente y bien cuidada, ideal para quienes valoran el estilo tanto como la funcionalidad.
La Atari 2600+ base ya destacaba por su fidelidad al diseño original, aunque reducida al 80 % del tamaño del modelo original, y por su compromiso con el hardware físico. En un momento en que las consolas retro miniaturas apuestan por emulación cerrada y catálogos fijos, Atari optó por un enfoque híbrido entre homenaje y utilidad. El uso de cartuchos reales, la conectividad moderna y una estética clásica la convirtieron en una propuesta singular, con mucho más sentido para coleccionistas y puristas que para jugadores casuales.
Esta edición PAC‑MAN llega como un paso natural en la estrategia de relanzamientos nostálgicos. Otras marcas ya han explorado este filón con bastante éxito —de Nintendo a SEGA—, pero Atari lo hace con una consola que mantiene viva la interacción física con el formato original, y con una de las licencias más emblemáticas de los años ochenta. En este sentido, no es solo un producto más para regalar en Navidad o colocar en una estantería: es una declaración de principios sobre cómo se puede recuperar el pasado sin traicionar su esencia.
Y aquí estamos, una vez más, atrapados por una reliquia del ayer que vuelve a nosotros con una nueva piel. Ni más potente ni más versátil que su antecesora, pero con un encanto que es difícil explicar si no lo viviste en su momento. Porque al final, cuando algo tan sencillo como un comecocos amarillo puede emocionarte tanto como una GPU de última generación, sabes que tu corazón sigue conectado, de algún modo, al mando cuadrado y robusto de la Atari original.
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