Battlefield 6 incorpora un nuevo sistema de destrucción y de físicas que es el más avanzado que hemos visto hasta la fecha en un juego de última generación. He podido probarlo, y os puedo asegurar que es realmente espectacular, ¿pero cómo hemos pasado de las limitaciones de Battlefield 2042 a las maravillas de Battlefield 6?
El directo técnico del juego, Christian Buhl, ha explicado dónde está el «milagro» que ha hecho posible este gran cambio, y la respuesta es algo que os he venido diciendo desde hace años, en el abandono de Xbox One y PS4, las consolas de la anterior generación.
Según Buhl, no tener que lanzar el juego en Xbox One y PS4 les permitió partir de una nueva base técnica a nivel de hardware, marcada por Xbox Series S, una consola que tiene más memoria disponible, que cuenta con una CPU mucho más potente y que utiliza, además, una unidad de almacenamiento mucho más rápida y una GPU más avanzada.
Al tener más recursos y más potencia pudieron implementar ese nuevo sistema de físicas, y ese nuevo sistema de destrucción. Ambos habrían sido imposibles si de nuevo hubieran tenido que partir de las limitaciones técnicas de Xbox One y PS4.
Buhl también ha dicho que el Frostbite Engine es un motor gráfico muy avanzado que está diseñado específicamente para la franquicia Battlefield, y que fue otro de los pilares centrales que hizo posible implementar ese sistema de destrucción avanzada manteniendo además un buen nivel de rendimiento.
Xbox One y PS4 limitaron y perjudicaron a Battlefield 2042
Las palabras de Buhl confirman que el desarrollo de Battlefield 2042 se vio perjudicado por tener que dar soporte a la generación anterior de consolas, y dan a entender que si dicho juego se hubiera desarrollado como exclusiva para PC y para Xbox Series S-Series X y PS5 el resultado habría sido mucho mejor.
Recuerdo que mi primera impresión al probar Battlefield 2042 fue bastante negativa, tanto el apartado gráfico como por su pobre optimización. Estaba tan mal hecho que sufría un enorme cuello de botella por CPU, algo que era un problema inherente al propio juego, porque se producía con independencia del procesador que estuviésemos utilizando.
El largo ciclo de vida que han tenido las consolas de la generación anterior ha lastrado el desarrollo de muchos juegos, y ha tenido un impacto muy negativo en muchos títulos. Uno de los mejores ejemplos es Resident Evil 4 Remake, que fue lanzado también para PS4, y que podría haber sido mucho mejor técnicamente si no se hubiera desarrollado sobre la base de dicha consola.
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