¿Qué está pasando con los powerbanks de Anker?

Hubo un tiempo en que el nombre de Anker evocaba confianza inmediata. Sus powerbanks se convirtieron en sinónimo de fiabilidad para millones de usuarios que buscaban una batería externa duradera y segura, frente a la avalancha de opciones baratas y sin certificación. Sin embargo, en las últimas semanas, la marca atraviesa una crisis de reputación que golpea directamente su mayor activo: la confianza del consumidor.

En junio, Anker anunció la retirada de más de un millón de unidades de su PowerCore 10000 (modelo A1263) debido a un riesgo de sobrecalentamiento que podía provocar incendios o quemaduras. La gravedad de la situación se reflejó en los 19 incidentes confirmados, con dos casos de lesiones que requirieron atención médica y al menos once con daños materiales superiores a 60.000 dólares. Un golpe inesperado para una compañía que siempre había presumido de un riguroso control de calidad.

Sin embargo, lejos de resolverse, esta crisis se ha visto agravada este mes, cuando Anker ha anunciado un nuevo recall que afecta a cinco modelos adicionales. Según la empresa, tras reforzar sus protocolos de calidad a principios de año, auditorías internas detectaron problemas potenciales en celdas de litio suministradas por un único proveedor. Los modelos afectados en esta ocasión son:

  • Anker Power Bank (10K, 22.5W) — Modelo A1257
  • Anker Power Bank (20,000mAh, 22.5W, con cable USB-C integrado) — Modelo A1647
  • Anker MagGo Power Bank (10,000mAh, 7.5W) — Modelo A1652
  • Anker Zolo Power Bank (20K, 30W, con cables USB-C y Lightning integrados) — Modelo A1681
  • Anker Zolo Power Bank (20K, 30W, con cable USB-C integrado) — Modelo A1689

Aunque la compañía asegura que la probabilidad de fallo es baja, este recall se presenta como voluntario y global, un movimiento que busca proteger su imagen antes de que surjan incidentes graves como los del PowerCore 10000. Según explica en su comunicado, se han implementado inspecciones más estrictas a nivel de componentes y se están revisando los procesos de sus proveedores, para evitar que un problema de fabricación aislado escale hasta convertirse en una crisis reputacional.

¿Qué está pasando con los powerbanks de Anker?

Para Anker, la situación no podría llegar en peor momento. La compañía había consolidado su posición como líder global en el mercado de powerbanks y cargadores, precisamente gracias a su combinación de rendimiento, diseño y certificaciones de seguridad. Estos retiros masivos, sin embargo, siembran dudas sobre la consistencia de su control de calidad y podrían erosionar esa imagen de fiabilidad que tanto le costó construir. En un mercado donde la competencia de marcas como UGREEN, Baseus o incluso fabricantes de smartphones con sus propias soluciones oficiales crece cada año, la confianza es un factor de supervivencia.

Más allá de Anker, estos recalls recuerdan la realidad técnica de las baterías de litio. Su éxito se basa en su altísima densidad energética: almacenan mucha más energía en menos espacio que tecnologías anteriores. Pero ese mismo logro implica riesgos inherentes, pues un defecto mínimo en fabricación, montaje o diseño térmico puede provocar un sobrecalentamiento incontrolable. Ningún fabricante, por grande o pequeño que sea, está completamente libre de esa amenaza.

Quizás la lección más importante de este episodio sea, precisamente, esa: la tecnología nos da libertad, nos acompaña a cada paso y nos ofrece autonomía durante horas. Pero la confianza no se regala. Se gana día a día, carga a carga, dispositivo a dispositivo. Y un solo fallo, un único incidente, puede costar más que un daño material: puede destruir en segundos la credibilidad que tardó años en construirse.

 

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